El consumo de una cantidad óptima de proteína para apoyar la gestión eficiente de la composición corporal y el rendimiento deportivo es a menudo difícil sin el uso de productos de origen animal, en particular la carne. Sin embargo, en las últimas dos décadas, la carne ha sido objeto de escrutinio tanto en la investigación y los medios de comunicación popular por su papel en el desarrollo de enfermedades crónicas y el hecho de que la industria de la carne está llena de casos de crueldad animal.
La verdad del asunto es que los seres humanos se adaptan específicamente en muchas formas de consumir carne y que deberían formar parte de casi todas las dietas saludables, demostrando muchos de los beneficios del consumo de carne roja.
La carne de cerdo puede variar ampliamente en contenido de grasa. Cuando se utilizan correctamente, los productos de carne de cerdo pueden servir como excelentes fuentes de proteína magra y pueden producir grandes resultados en la pérdida de grasa o un programa de construcción muscular. Al igual que con las aves de corral, sin embargo, no puede haber detrimentos para el consumo de carne de cerdo, a pesar de todo lo que se habla sobre la carne y salud cardiovascular.
Desde un punto de vista nutricional, los productos del cerdo son muy comunes tanto en restaurante y comidas caseras. El desayuno americano clásico con frecuencia incluye salchichas de cerdo o rebanadas de tocino, y todas las personas que lo consumen conocen las ventajas y desventajas del consumo de carne.
Muchos de los mitos sobre la carne roja es que estos productos son altamente procesados o curados, haciendo que su consumo sea un poco malo para la salud general de las personas. Los alimentos procesados y las carnes curadas con nitrato han sido identificados por contener un mayor riesgo de generar cáncer, enfermedades del corazón y diabetes.
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